1/21/2019 VIVIENDO EN LA FEPor Javier Ibáñez Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? ¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Mateo 6:25-33 El versículo 25 empieza diciendo, “No se preocupen por su vida...”. La forma como vivimos diariamente, las diferentes preocupaciones, ponen de manifiesto la calidad de fe que tenemos. Debemos entender que las diferentes crisis y circunstancias agobiantes tienen como objetivo pulir nuestra fe, como cuando el fuego quita las impurezas del oro y lo hace más brillante.
¿Cómo es tu fe en aquellos momentos? Es una pregunta muy directa que todos debemos hacernos, porque nuestro cristianismo depende de ello. ¡El cristiano vive cada día en la fe! Es más, nuestro cristianismo se quiebra, cuando nuestra fe disminuye. Me impacta mucho cuando el Señor nos dice: ¿No tiene la vida, más valor que la comida, y el cuerpo, más valor que el vestido? Si el Señor nos ha dado la vida, ¿cómo no nos va a dar el alimento? si nos ha dado el cuerpo, ¿cómo no nos va a dar el vestido? Esta es la enseñanza y ahora sólo nos queda creer en ella, esto es fe, ¿te imaginas que salgamos día a día confiando de todo corazón en esta promesa del Señor? Romanos 8:32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con Él, todas las cosas?” El razonamiento acerca de la fe que nos da el apóstol Pablo es interesante y altamente valioso porque nos dice: “Si el Padre nos ha dado a Su Hijo; en otras palabras, si nos ha dado lo máximo y lo más valioso que tenía; ¿cómo no habrá de darnos junto con Él todas las cosas?” El Señor sabe de qué cosas tenemos necesidad; cuando tú le pides algo, no le estás informando tu necesidad, porque Él lo sabe todo, cuando tú le pides algo, estás ejercitando tu fe, porque reconoces esta gran verdad, que el Padre puede darnos generosamente todas las cosas en Jesucristo. En el Antiguo Testamento el rey David lo entendía así, por eso dijo: Salmo 23:1 “El Señor es mi pastor, nada me falta.” ¡Él es mi pastor, nada me falta! La labor del pastor, es la de cuidar en todo sentido a las ovejas del prado, la oveja es un animalito que necesita muchos cuidados, porque aún frente al peligro se paraliza. Creo que no hay mejor representación acerca de los cuidados de Dios para con nosotros. Sin embrago, no nos olvidemos que nuestra parte es la fe, requisito indispensable para todo cristiano, y para accionar las promesas de Dios; estas promesas ya están separadas para cada uno de nosotros. Hebreos 11:6 “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe y que recompensa a quienes lo buscan.” Vive tu vida en fe hacia el Señor, esfuérzate en desarrollarla y darle crecimiento, y serás de su completo agrado. Algo para pensar en Reveracción. ¡Que el Señor te bendiga! Comments are closed.
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