3/19/2019 Acerquémonos a Dios![]() Por Javier Ibáñez Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón! - Santiago 4:8 La epístola de Santiago fue dirigida a los judíos cristianos dispersados por todo el mundo. Santiago, el autor de esta carta, siendo pastor de la Iglesia de Jerusalén, una iglesia con bases primordialmente judías, recibía constante información de la situación de estos judíos. La situación era muy difícil, porque para el judío estar alejado de su templo y no poder adorar a Dios allí era una tragedia muy profunda, y no solo eso; si leemos toda la carta nos podemos enterar de todo lo que estaban atravesando, pruebas y tentaciones, calumnias, mentiras, rivalidades, marginados y humillados. Los problemas que atravesaban no eran nada fáciles. Yo pregunto ¿cómo nos estamos sintiendo con las cosas que estamos atravesando? Santiago piensa, medita y no encuentra otra manera de ayudarlos que no sea aconsejándoles que se acerquen de todo corazón al Señor. Qué mejor manera que acercarse a Dios en medio de nuestras circunstancias difíciles, y Santiago añade que cuando nos acercamos a Dios, Él se acercará a nosotros.
Si leemos el v. 9 “Reconozcan sus miserias, lloren y laméntense. Que su risa se convierta en llanto, y su alegría en tristeza”. Entendemos que estos judíos cristianos estaban tratando de ponerle trapos fríos a sus adversidades, quizás tomando algunos paliativos para calmar el dolor, quizás reían tratando de alegrarse, pero ¿a quién engañamos con eso? Si realmente creemos que lo mejor para nosotros es la compañía de Dios, tenemos que mostrarnos tal como estamos delante Él, mostrar toda nuestra necesidad, por eso dice: “reconozcan sus miserias, lloren y laméntense, que su risa se convierta en llanto y su alegría en tristeza. En el v.10 “Humíllense delante del Señor y Él los exaltará”. Atrévete a abrirte y presentarte tal como estás delante del Señor. Entonces si vamos a acercarnos al Señor tenemos que hacerlo con total transparencia demostrándole como estamos, porque además el Señor lo sabe, Él es conocedor de todo, ¿habrá algo que podamos ocultarle a Él? ¡Nada! Si nos acercamos a Él, Él se acercará a nosotros, si Él ve que tenemos necesidad de Él, Él responderá con Su presencia en nosotros. Sin embargo, hay dos cosas que nos impiden acercarnos al Señor según este texto: el pecado y la inconstancia. * ¡Pecadores, límpiense las manos! Ro. 3:23 “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. Por el pecado estamos impedidos de participar de la gloria de Dios, pecado es todo lo que a Dios no le agrade, todo lo que sea desaprobado por Él, si queremos saber más de esto la Biblia es lo mejor que podamos tener. Santiago estaba escribiendo a una cultura judía cristiana, para el judío el lavarse las manos era una acción de purificación, sin embargo, se volvió algo tradicional y perdió su sentido. * ¡Los inconstantes purifiquen su corazón! En toda la historia de los judíos en el antiguo testamento resalta el hecho de que un día estaban con el Señor y al día siguiente no. En 2 Cro. 24:20 “El Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joyadá, y este, presentándose ante el pueblo, declaró: «Así dice Dios el Señor: ¿Por qué desobedecen mis mandamientos? De ese modo no prosperarán. Como me han abandonado, yo también los abandonaré»” ¿Y por qué esta situación? Porque hay un problema de corazón, un corazón dividido, quiero acercarme a Dios, pero no quiero soltar lo que a Él no le agrada, por tal motivo la mejor manera de solucionar todo esto es purificando nuestro corazón. ¿Cómo lo purifico? ¡Rindiéndome a Él! ¡Entregándolo realmente y totalmente a Él! Recordemos, Dios quiere acercarse a nosotros, ¡acerquémonos a Él, pero de todo corazón! Jn. 6:37 “Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo”. Comments are closed.
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